Diente de león Taraxacum officinale
Es una de las plantas
silvestres de más utilidad para los apicultores, ya que se
la encuentra por todas partes y es asiduamente visitada por las
abejas por su polen y néctar.
Puede vérsela en flor durante casi
todo el año, pero florece en mayor abundancia a principios de
temporada, antes de que aparezcan las flores de los frutales,
precisamente cuando resulta de mayor importancia o valor al
apicultor, sobre todo para el desarrollo de las crías.
Se presenta
con profusión en prados. de manera particular en terrenos calizos,
pudiéndose ver los campos amarillos en la época de floración.
La miel de diente de león
es de densidad variable y puede ser de un color amarillo obscuro o
pálido. Cristaliza rápidamente, haciéndolo en granos gruesos; su
sabor es fuerte, en particular cuando está fresca y el aroma es una
reminiscencia del de la propia flor del diente de león, pero, a
medida que la miel madura, va perdiéndose.
Como consecuencia, a los
habituados a la miel de sabor suave, con frecuencia no gusta por su
sabor fuerte.
El polen de sus flores es
amarillo dorado pero puede parecer anaranjado fuerte en los
canastillos de las abejas.
Por la noche y en tiempo
nublado o lluvioso las cabezuelas se cierran, protegiendo así al
polen y néctar e impide que sean arrastrados o estropeados por el
rocío o la lluvia. La hora del día en que se abren las flores varía
con la estación del año, haciéndolo mucho más temprano en pleno
verano que en primavera y otoño.
Cuando el diente de león
abunda en las cercanías de grandes huertas, puede ser un engorro y
una molestia, ya que las abejas
abandonarán con frecuencia las flores de los manzanos o perales en
favor de las del diente de león, con detrimento de la polinización
y correspondiente pérdida de fruta.
En muchos otros lugares
es ésta una importante planta apícola o productora de miel.
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