martes, 21 de marzo de 2017

Arce blanco

Arce Blanco Acer pseudoplatanus

Se halla éste en la actualidad muy extendido, de tal forma que, gracias a sus semillas transportables por el viento y a la facilidad con que el mismo se propaga, se considera un árbol silvestre. 
En algunos hayedos abunda tanto casi como las mismas hayas.
De mayo a junio suelen aparecer sus colgantes racimos de flores amarillo verdosas, que sólo duran de dos a tres semanas, siendo así un período de floración breve, más a pesar de ello los apicultores tienen en gran estima al arce por ser una buena fuente de néctar y polen.
Este arce florece más tardíamente que los otros arces.
En temporadas favorables y algunos lugares, puede conseguirse una cosecha de miel excedente, la cual, es normal que sea de un color ambarino que tira a verdoso; este matiz verdoso se debe posiblemente a la mielada que es común hallar en las hojas de este árbol.
El sabor de la miel fresca no es, precisamente, de los mejores, incluso sabe a rancio según opinión de algunos, pero con el tiempo se va dulcificando y mejorando. Es indudable que tanto el sabor como el color con frecuencia están perjudicados por la presencia de mielada. La densidad generalmente es buena y la granulación, en granos gruesos, lenta.
Las bolitas de polen son de color verde-amarillento.
Las flores del arce, que son aproximadamente del mismo tamaño que las del grosellero, se hallan colocadas en largos racimos colgantes, en grupos de tres. Usualmente la flor central es perfecta y fructifica dando semillas, mientras que las dos laterales son sólo masculinas; éstas poseen grandes estambres y los ovarios en rudimento o abortados. Las semillas aladas germinan con gran facilidad pudiendo verse plantas que crecen de todas formas y en sitios inesperados.
En situaciones favorables puede alcanzar grandes dimensiones, habiéndose citado árboles de más de 30 metros de altura y 6 metros de contorno en el tronco. 

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