Trébol blanco o rastrero (Trifolium repens)
Esta planta en muchos lugares es un gran productor de miel.
Es una de las plantas más vulgares y
puede hallarse en toda clase terrenos y
también como mala hierba en tierras de labranza.
El trébol blanco posee una dilatada época de floración,
pudiendo, en casos de inviernos benignos, empezar a florecer en marzo-abril y
con lluvias favorables durar hasta octubre y noviembre, si las condiciones son favorables, las flores segregan
néctar muy copiosamente.
El suelo es más importante que las condiciones climáticas
y de temperatura, puesto que determina hasta qué punto el trébol blanco será un
buen productor de miel.
Los terrenos que contienen abundancia de cal son los que
siempre dan los mejores resultados.
Se dice que la miel de trébol blanco es la miel por excelencia. Tiene muy poco color, desde
incolora hasta ámbar pálido y es muy líquida; igualmente posee buena densidad
junto a delicados sabor y aroma.
La densidad y el color de la miel pueden presentar alguna
variación según la temporada y el terreno. Cuando la secreción nectárea es
lenta o intermitente es más obscura que cuando se obtiene con néctar constante
y continuo.
La miel granula agradablemente en granos finos y uniformes
y es blanca, recordando por su aspecto a la manteca de cerdo, pero no granula
con rapidez, lo cual es una de las razones por las cuales es preferida como
miel de panal o bresca, en cuya forma apenas se la puede sacar de las
celdillas.
El polen del trébol blanco es de color amarillo pálido y
es producido algo escasamente por las flores. Cuando las abejas lo transportan
en los canastillos del polen aparece como verdoso apagado y, por lo corriente,
no lo acarrean en grandes cantidades, como sucede con muchos pólenes. Los
granos de este polen varían algo en el tamaño, forma y color, y fácilmente se pueden
confundir con los de otras especies de trébol o plantas parecidas.
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